viernes, 9 de marzo de 2012
Cómo empezar una nueva vida después del divorcio
Una relación de pareja puede fracasar por múltiples motivos, y cuando se opta por la vía de la separación comienza una etapa de cambio y superación para ambos sexos. El divorcio provoca un río de sentimientos entre quienes lo sufren, bien sea dolor, rencor, angustia o incluso alivio, pero en todos los casos es necesario reencaminar la vida y adoptar nuevas costumbres.
Una vez tomada la decisión de divorciarse es preciso ser coherente con esta solución, reflexionar sobre el pasado y los motivos que llevaron a esa ruptura para evitar un posible arrepentimiento en el futuro. En momentos de flaqueza es importante pensar que la relación se terminó porque ya no funcionaba, hay que cortar por lo sano y evitar cualquier contacto con la pareja en los primeros días después de la separación.
Expresar los sentimientos
Cualquier divorcio implica una fase de duelo en la que es normal sacar a la luz los sentimientos que nos angustian e invaden, por lo que es aconsejable llorar y desahogarse expresando todos aquellos pensamientos que no nos permiten seguir avanzando. Date el tiempo que necesites para recuperarte, pero si esta actitud se prolonga y se convierte en algo habitual es preciso acudir al especialista, quien te ayudará a comprender la situación y superarla.
A la hora de expresar nuestros sentimientos y una vez tomada la decisión de divorcio, no es conveniente atacar a la ex pareja, hablar mal de ella, inventar mentiras sobre la situación o continuar con sentimientos de culpa, odio o rencor, ya que esta actitud no es beneficiosa para pasar página. Las emociones negativas que ha generado el divorcio y todo lo que ha conllevado a ello deben convertirse en positivismo, oportunidad para mejorar y experiencia de vida.
Es importante comprender que ese estado es normal, pero al igual que ha tenido un principio también terminará algún día. En estas circunstancias es un error grave estar pendientes del qué dirán o compararse con los demás. Lejos de adoptar esta postura permítete sentir cualquier emoción, reconócela, acéptala y exprésala, así estarás dando un primer paso hacia la recuperación. Demostrar al mundo que eres muy fuerte y que esta situación no te supera es algo que puede hacerte más daño y hacer que retrocedas peldaños.
En el proceso de duelo se recomienda evitar en lo posible lugares, situaciones o personas que nos recuerden al pasado y a la ex pareja, así como también tomar decisiones drásticas como cambiar de ciudad, de trabajo o encontrar una nueva pareja, mucho mejor si los cambios se hacen progresivamente.
Apóyate en amigos, familia e hijos para volver a recuperar la autoestima, la independencia y la confianza en ti misma. Aunque estar solo es reconfortante en ciertos momentos, no es aconsejable aislarse y pasar estos momentos difíciles en solitario.
Una nueva vida
Esta nueva etapa requiere de un esfuerzo para enfocar todas las acciones en conseguir aquello que deseamos y que nos motiva. Proyectar un futuro mejor ayudará a trabajar para vivir de la forma deseada y mejorando los aspectos personales que nos permitan alcanzar ese ideal. Los cambios que provoca el divorcio afectan a todos los planos de la vida, por lo que es hora de ponerse manos a la obra y buscar nuevas actividades y relaciones sociales que conformen la nueva identidad. La vida continúa y hay que encontrar nuevas motivaciones para levantarse de la cama cada día.
Si durante el matrimonio no tenías un trabajo, ahora es el momento de buscar uno y estar ocupada en algo que te haga desarrollarte tanto personal como profesionalmente. Otra opción es emprender nuevos proyectos, colaborar en alguna fundación o realizar cursos. El objetivo es ampliar el círculo de amistades, distraerse y ocupar el tiempo que anteriormente estaba dedicado a la pareja. Refugiarse en los hijos o en los amigos no es una buena opción, ya que cada cual tiene su propia vida y de lo que se trata es de crear una nueva, no vivir en la de los demás.
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