Hay algunos tipos de grasa acumulada que no somos capaces de eliminar con dieta, ni ejercicio ni cremas de uso tópico. En estos casos se puede aplicar una técnica novedosa en el campo de la estética que, además, no es invasiva. Se trata de la cavitación o aspiración en vacío.
La cavitación consiste en generar microburbujas de vacío en el interior de los tejidos adiposos mediante un rodillo inteligente. Así se consigue romper la estructura de los adipocitos desde el interior. A continuación se aplican otras técnicas de drenaje, masaje o presoterapía para eliminar la grasa a través del sistema linfático y la orina.
Al ser un procedimiento no invasivo nos ahorramos tener que pasar por un hospital, además de las posibles marcas de una intervención quirúrgica. Sus efectos se hacen notar enseguida pudiendo perderse hasta 2 centímetros por sesión según cada caso.
Otra ventaja frente a otros tratamientos es que mejora la circulación, favoreciendo la eliminación de toxinas. También se consigue un aumento del tono y la elasticidad de los tejidos y está comprobado que facilita la regulación del transito intestinal.
Se recomienda realizar un mínimo de 10 sesiones de cavitación, espaciadas en 3 días cada una.
Cada sesión dura unos 40 minutos en la zona a tratar (nalgas, piernas y abdomen, por ejemplo) y se nota una ligera sensación de succión nada dolorosa, por lo cual la piel queda lisa y sin traumatismos.
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