¿Tienes una piel roja y muy adolorida?. Si este es el caso, el objetivo principal del tratamiento debe ser reparador y revitalizante, es decir, que ayude a la piel a regenerarse, además de calmar el dolor y las molestias, así como la comezón.
Una buena opción es aplicarse suero salino y de agua termal fría, también una receta muy práctica y eficaz es disolver en medio litro de agua una cucharada sopera de vinagre blanco, aplicando compresas empapadas en esta mezcla durante unos minutos.
Si el picor o el dolor es notable, se puede recurrir a un corticoide tópico o un anestésico local capaz de calmar. Las aspirinas, gracias a su contenido en ácido aceltilsalicílico, no sólo alivian el dolor, sino que además tienen un cierto efecto antiinflamatorio.
Además, se aconseja evitar que el chorro de agua caiga directamente sobre la zona irritada, así como no utilizar cosméticos, perfumes, e incluso jabón. Conviene llevar una higiene cuidadosa, procurando que las zonas afectadas estén siempre muy hidratadas para evitar la formación de costras, así como tomar mucha agua, pues es fundamental rehidratar y recuperar los líquidos perdidos.
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